Domingo 24 de mayo, 2020.

Previo a todo, estaba nerviosa. Esa sensación de no saber que esperar, pero a la vez esperar todo. No es primera vez que estoy nerviosa; mis manos sudan frío, partes de mi cuerpo tiritan y algo en mi estómago se revuelve. 

Consumirlos con vitamina c, en este caso, jugo de limón, entonces M picó pepino, caigua y perejil, una ensalada donde el ingrediente especial, serían los hongos. La recomendación era sumergirlos en el juguito por unos minutos y comerlos con la ensalada. Eso debí hacer, así que eso hice, para cuando ya estaba mordiéndolos, los nervios se fueron, quizás porque mi cerebro sabía que ya no había nada que hacer, nos sacábamos nada con colocarnos nerviosos, ya estaban entrando en el cuerpo.  

Lo primero, y correspondía, era probar un pedazo solo, masticarlo para sentir su sabor en solitario, sabor y consistencia, en primera instancia se sentía musgoso, húmedo, evocando sensaciones de un bosque, también me recordó a champiñones, cuándo solo están cocidos. No era desagradable, ni me dio asco, había leído que no eran muy agradables cuando lo comías así, que podías vomitar o querer hacerlo, que no era un sabor agradable. Desde un tiempo hasta ahora, trato de no cerrarme a probar un algo nuevo, aun cuándo pueda no gustarme, obvio que esa es una posibilidad, pero prefiero decidirlo for my own. 

Lo que hice apenas terminé de comer mi ensalada, fue iniciar temporizador, era algo que quería hacer, cronometrar el proceso, sabiendo que era una micro dosis, sabía o esperaba que fuese algo tranquilo o controlable, si, aquí entramos en lo que esperaba, una decisión un poco difícil de sacar de mi ser tan controlador. Comenzamos el cronometro para medir cuanto podía tomarme hasta comenzar a sentir algo en mi cuerpo, lo que sucedió al minuto 32. 

Las primeras sensaciones más evidentes fueron el relax de mi cuero, el respirar sin notarlo, día a día respirar para mi es algo que debo manejar, inspirar hondo y expirar, cuando digo hondo no me refiero a una respiración de yoga o ejercicios, es respirar solo logrando que el aire entre, mis respiraciones suelen ser cortas y rápidas y descoordinadas. Pero ahora se sentía tan natural, sentía como el aire fluía dentro de mí.  Sumada una sensación que no sabría con qué compararla, pero el cuerpo estaba relajado, no sentí ni un musculo tenso, como suelo sentir, todo mi cuerpo se entregaba si éste decidía dejarse llevar en el sillón. 

Mientras esperaba que hiciera efecto, decidí editar fotografías que tenía en miles de carpetas por miles de años en mi computador. Así si notaba algún efecto, quería estar haciendo algo relajadamente. Esto me lleva a otro efecto, me sentía inspirada, por mi cabeza pasaban muchas ideas en torno a las fotografías que quería editar, pero eso no me agobiaba, como en otras ocasiones sucede, quiero dejar en claro que todo lo que describo es comparable a la cotidianidad en la que vivo. Sentía que si bien tenía muchas ideas de qué tipo de fotos quería editar o cuál era el resultado que esperaba, no era algo por lo que podía colocarme ansiosa o estresarme, si no que sabía que al final, iba a saber que hacer o podía decidirlo, pero en ese momento, no era algo que debía ocupar mi energía. A ratos, sentía los colores muy vibrantes, o las imágenes me parecía muy llamativas, casi reales, podía transportarme al lugar, si bien no recordaba todos los momentos, ¡sentía la energía del lugar y me parecían hermosas! Lo sé, es muy cercano viniendo de mí, pero es lo que sentí. 

Otra cosa que sentía físicamente a ratos, y me llamo la atención primero, eran mis labios, sentía salazón, y esa sensación de cuándo comer algo cítrico y como que en ambas mejillas algo succiona hacia dentro, es una sensación muy única, pero cercana a lo que sentí en el momento. Junto con cierto hormigueo en los labios y en las manos y garganta. Eran sensaciones que iban y venían. 

Algo que me hizo completamente feliz, y que para mi fue lo más, primero, no sentía dolores de espalda o en el pecho o en general, es algo que desde hace un tiempo siento mucho, junto a un cansancio agotador, sí, así se siente. Mi cuerpo estaba relajado, no cansado, relajado, y se sentía tan bien. No estar preocupada por algo, no estar pensando en algo, no tener la mandíbula apretada o sentir esa necesidad de morderme las uñas o los dedos. Solo estaba en el sillón, relajada, dejándome llevar, muy cómoda, muy calentita.  

Hubo un momento en que me tomé un té, estuve un par de minutos mirando mis plantas, muy verdes, llenas de vida, sentía que las veía moverse al ritmo del viento, no estoy del todo segura si había viento, fue un momento que disfruté mucho, recuerdo la taza de té, muy caliente entre mis manos, ¡se sentía tan bien!  

En todo el viaje lo único que comí fue un snack mix; doritos, papas y cheezels, estaban muy bueno, con todas las drogas que he consumido hasta ahora, comer siempre será una experiencia genial, no por hambre, si no por la textura de los alimentos, su olor, sabor. 

Mi cronómetro está así: 

0.32.08 cuando ya me sentí distinta 

0.12.11 sensaciones que iban y venían 

0.24.37 no lo recuerdo bien 

4.35 contando hasta ahora, aún siento esa sensación física de relajo, pero solo físicamente en el interior, no sé bien como describir eso, pero dentro puedo sentir un relajo, o un hormigueo, o algo, no sé bien que es. 

En conclusión, esto no fue más de 0.5, 0.4 quizás, pero se sintió bien, que espero con ansías la siguiente vez.