28 de Febrero, Jueves

11.05 y estoy en el Aeropuerto, Santiago, Chile, dónde más.
Anoche estaba en Contulmo, tipo 07.00 de hoy, llegamos a Santiago, y mi vuelo hacia Antofagasta sale a las 15.00. No se porque pasó por mi cabeza, que el lapsus desde el terminal hasta acá, sería un poquito más largo.

He cargado mi celular, he visto una serie, he observado a la gente, me he movido de un piso a otro, fui al baño, me lavé los dientes, y aquí sigo.

Por un momento recordé como solía escribir acá, y como disfrutaba escribirme, porque creo que eso es lo que siempre hice, escribirme para cuando necesitara saber que fui y que hice, todo estuviera acá.
Algo así como mi yo del pasado diciéndome algo, o mi yo del presente queriendo que mi yo del pasado me diga algo. Algo así como mi memoria, una más confiable que la queme pertenece, una memoria digital, que quizás hasta es por eso que disfruto tener registros visuales y fotográficos, porque es la única memoria en la que confío, es lo único que puedo buscar y sé que encontraré algo que me muestre lo que busque, que aún no evolucionamos como en Black Mirror, y no podemos hacer rewind para buscar el recuerdo que buscamos. Mientras, me fiaré de la agradecida tecnología.

Fue verano, fueron vacaciones.
Hice un voluntariado, conocí Reservas y Parques Nacionales, conocí personas, historias de vida, aunque mi historia de vida, no fue conocida, y me gusta que asi fuese. Fueron dos meses, dos meses para despegarme y alejarme por un rato, de lo que serán diez meses de una misma rutina, y si, la verdad es que me gusta la rutina, me mantiene con los pies en el suelo y con la misión clara, lo que no me gusta es la rutina como forma de vida, que me siga y que dure una eternidad, esa no. Pero si prefiero los tiempos, la organización, las ocho horas de sueño. Serán diez meses de una nueva rutina, dónde tengo más que claro que la ansiedad no debería, no puede aparecer. Pero pensar, en organizar un año, que no puede tener margen de error, me provoca ansiedad, pero ansiedad que desencadena en estrés y ese estrés se convierte en procastinación. Véase días enteros de series, películas por descubrir, ordenar maniáticamente cualquier cosa, cocinar algo nuevo, y así.

Comentarios

Entradas populares de este blog

* no leer

Tiempo retardado

OOTD 1